Por Estefanía Vera González
Sólo vine a hablar por teléfono es un cuento corto de la autoría de Gabriel García Márquez. En él narra la historia de una mujer llamada María que, de pronto y sin ningún motivo, se ve encerrada en una institución para enfermos mentales. La época en la que se desarrolla el cuento es a finales del franquismo en las inmediaciones de Barcelona. Pienso que ella se encontró recluida en esa institución por puras coincidencias: la descompostura de su coche, el autobús que pasaba por la solitaria carretera y su deseo de encontrar un teléfono para comunicar su retraso.
María vivía en unión libre con un hombre conocido como Saturno el Mago. Habían llevado una relación amorosa aciaga, ya que María era un tanto inestable en lo relativo a las relaciones sentimentales. En una ocasión ya había abandonado a Saturno, cuando vivían en Ciudad de México. Y lo mismo había hecho con otros hombres en el transcurso de su vida. Como ella misma le dijo a Saturno, citando al poeta y músico brasileño Vinicius de Moraes, ‘El amor es eterno mientras dura’. Creo que esta forma de ver el amor por parte de María así como el hecho de que ya había abandonado a Saturno hicieron que éste, al ver la desaparición de María, pensara que se trataba de otro abandono más.
Pues bien, un fin de semana María sale de la ciudad a visitar a unos parientes en Zaragoza con la promesa de regresar el lunes siguiente. En el camino de regreso y conduciendo un coche rentado, éste se descompone en medio de la nada y en un clima lluvioso. Sólo logra que la lleve un ‘autobús destartalado’ que la deja en un sanatorio de mala muerte en donde ella sólo quería hablarle por teléfono a su marido para avisarle de su retraso. En el sanatorio, María es confundida con una enferma más ya que el autobús únicamente transportaba a mujeres en esa condición.
Después de varios meses de reclusión que fueron minando su salud mental, María logra comunicarle su paradero a Saturno, quien acude a verla y rescatarla. Pero antes de que la viera el doctor director de la institución, lo convence mediante de la exposición de las actitudes y el comportamiento de María de sus condiciones mentales enfermizas. Creo que el doctor actúa en forma sincera ya que él mismo está convencido de la locura de María.
En mi opinión, María no estaba loca ni por casualidad. Las condiciones en las que se encontró repentinamente en un entorno donde todos la creían loca hicieron que tomara una actitud de rebeldía, frustración, aparente obsesión por hablar por teléfono, sometida a los tratos abusivos de los guardianes, actitud que hizo pensar a los demás que realmente estaba loca.
Es un cuento en el que García Márquez hace gala una vez más de su gran capacidad narrativa y su manejo impecable de la lengua castellana. Una lectura muy recomendable para quienes quieran pasar un rato agradable en compañía de buena literatura.
Sólo vine a hablar por teléfono es un cuento corto de la autoría de Gabriel García Márquez. En él narra la historia de una mujer llamada María que, de pronto y sin ningún motivo, se ve encerrada en una institución para enfermos mentales. La época en la que se desarrolla el cuento es a finales del franquismo en las inmediaciones de Barcelona. Pienso que ella se encontró recluida en esa institución por puras coincidencias: la descompostura de su coche, el autobús que pasaba por la solitaria carretera y su deseo de encontrar un teléfono para comunicar su retraso.
María vivía en unión libre con un hombre conocido como Saturno el Mago. Habían llevado una relación amorosa aciaga, ya que María era un tanto inestable en lo relativo a las relaciones sentimentales. En una ocasión ya había abandonado a Saturno, cuando vivían en Ciudad de México. Y lo mismo había hecho con otros hombres en el transcurso de su vida. Como ella misma le dijo a Saturno, citando al poeta y músico brasileño Vinicius de Moraes, ‘El amor es eterno mientras dura’. Creo que esta forma de ver el amor por parte de María así como el hecho de que ya había abandonado a Saturno hicieron que éste, al ver la desaparición de María, pensara que se trataba de otro abandono más.
Pues bien, un fin de semana María sale de la ciudad a visitar a unos parientes en Zaragoza con la promesa de regresar el lunes siguiente. En el camino de regreso y conduciendo un coche rentado, éste se descompone en medio de la nada y en un clima lluvioso. Sólo logra que la lleve un ‘autobús destartalado’ que la deja en un sanatorio de mala muerte en donde ella sólo quería hablarle por teléfono a su marido para avisarle de su retraso. En el sanatorio, María es confundida con una enferma más ya que el autobús únicamente transportaba a mujeres en esa condición.
Después de varios meses de reclusión que fueron minando su salud mental, María logra comunicarle su paradero a Saturno, quien acude a verla y rescatarla. Pero antes de que la viera el doctor director de la institución, lo convence mediante de la exposición de las actitudes y el comportamiento de María de sus condiciones mentales enfermizas. Creo que el doctor actúa en forma sincera ya que él mismo está convencido de la locura de María.
En mi opinión, María no estaba loca ni por casualidad. Las condiciones en las que se encontró repentinamente en un entorno donde todos la creían loca hicieron que tomara una actitud de rebeldía, frustración, aparente obsesión por hablar por teléfono, sometida a los tratos abusivos de los guardianes, actitud que hizo pensar a los demás que realmente estaba loca.
Es un cuento en el que García Márquez hace gala una vez más de su gran capacidad narrativa y su manejo impecable de la lengua castellana. Una lectura muy recomendable para quienes quieran pasar un rato agradable en compañía de buena literatura.
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